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ESCARAMUSAS EN LA TROCHA


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LA INVASION EN LA PRENSA ESPAÑOLA (Parte 1)

25.12.2015 10:15

Trocha Jucaro MoronCasi toda la información empleada para reconstruir la Invasión a Occidente, y los cruces de La Trocha de Júcaro a Morón por los generales Máximo Gómez y Antonio Maceo, en 1895, proviene de fuentes mambisas. Sin embargo, para tener una visión integral es necesario conocer la repercusión de estos acontecimientos en la Metrópoli.

Grabado de la época que refleja las múltiples acciones de los colonialistas en La Trocha para impedir el avance mambí

El seguimiento mediático a este hecho fue constante por los periódicos españoles. Reproducían telegramas, artículos de publicaciones impresas en Cuba, partes de guerra, notas de sus corresponsales, cartas y fotografías que enviaban militares participantes en la contienda.

Generalmente, las noticias llegaban con retraso. El sistema de información oficial del gobierno en La Habana fue calificado de pésimo. No dudo que detrás de tal lentitud se hallaba la intención de censurar y tergiversar la verdad del conflicto.

La comunicación fundamental se realizaba mediante el telégrafo. Ya en julio el temor por el avance insurrecto hacia Occidente ocupaba espacios importantes. La Vanguardia, rotativo que se editaba en Barcelona, el martes 3 de ese mes decía:

"Entre las noticias sensacionales que se han echado á volar estos días, la más gorda de todas ha sido la de la aproximación del titulado General Gómez.

"Tan pronto se le consideraba en Chambas, como en Ciego de Ávila, como en Monte Obscuro, en una palabra; á las puertas de Remedios. Y la menor ó mayor exactitud de estas noticias, se hacía depender en la dirección que se veía seguir á nuestras fuerzas, ó sea de los movimientos estratégicos que constantemente se vienen recibiendo del General en Jefe, a quien secundan con el mayor celo sus subordinados, que se esmeran á porfía por alcanzar el mejor éxito de sus operaciones."

Para asegurar que el dominicano no cruzara, el mismísimo Capitán General, Arsenio Martínez Campos, visitó la Comandancia de La Trocha, en Ciego de Ávila; allí impartió órdenes. El 18 de octubre salió rumbo a Cienfuegos, bajo torrenciales aguaceros, los cuales hicieron que acampara en Marroquí. Los lectores madrileños, por un telegrama suyo, supieron, el 21 de octubre, que no ocurría novedad. Todo estaba en calma.

Pero Gómez, a quien también denominaban cabecilla, forajido y filibustero, el 30 de octubre pasó la "infranqueable" Trocha. En la Península, el 4 de noviembre La Vanguardia publicaba la reseña: Una sorpresa

"También telegrafían de La Habana con fecha de hoy que circula muy válido por aquella ciudad el rumor de que Máximo Gómez se encuentra en Camagüey, y que el día primero del actual pasó cerca de Ciego de Ávila, donde fue sorprendida por nuestras tropas de su avanzada compuesta de seis hombres, que llevaba la descubierta.

"Iba de marcha la columna del general Aldave, y no lejos de aquella población se encontró con la avanzada de Máximo Gómez.

"Los seis hombres de que se componía ésta, al verse sorprendidos por la columna del general Aldave, disponíanse á avisar al grueso de sus fuerzas, que se hallaban más lejos; pero la columna disparó sobre ellos.

"Al primer disparo cayeron cinco de los insurrectos, tres de ellos muertos y dos gravemente heridos, que quedaron en poder de nuestras tropas.

"Se supone que el otro insurrecto, que quedó ileso, consiguió llegar á tiempo de avisar á Máximo Gómez la proximidad de la columna.—F.—G."

Mentira. Lo cierto fue que Gómez no tuvo incidentes. Los avileños, el Coronel Nicolás Hernández y el Comandante Simón Reyes, al frente del regimiento Castillo, cubrieron los flancos y la retaguardia durante el paso, cerca de Piedras (Pina).

El Generalísimo, para asegurar el cruce de Maceo, con el grueso del contingente invasor, libró varios combates que obligaron al ejército enemigo a desplazar tropas del enclave. Entre las acciones, estuvo el ataque a los fuertes de Pelayo y Río Grande, además del enfrentamiento en Los Ramones, Florencia.

En este último, mientras tiroteaba una columna, cayó mortalmente el Comandante avileño Pío Cervantes, hecho que recibió amplios espacios en las planas ibéricas, que consideraron un triunfo de sus armas el suceso y con falacia sostuvieron que la tropa insurrecta estaba integrada por 800 hombres, cuando solo se trataba de una pequeña unidad.

Era habitual entonces reproducir telegramas de jefes de columnas, escritos en los campos de batalla, textos que exageraban los resultados de los encuentros o mentían. No en todas las redacciones de la Península dejaban pasar gato por liebre.

"Pues, verdaderamente, esos hechos de armas en que menudean los choques, cargas a la bayoneta y de Caballería, toma de posiciones formidables, etc., etcétera, durante cinco, seis ó más horas, y á la postre resultan nuestras fuerzas con dos o tres bajas y los insurrectos con pocas más y la pérdida de algunos caballos y machetes, todo eso, repetimos, se halla tan reñido con la realidad que conocemos los militares, que de fijo causa en la opinión pública un efecto contraproducente", refería El Correo Militar, el 6 de noviembre.

La desfachatez fue tal, que Martínez Campos amonestó a oficiales. Por aquellos días, el Capitán General, ante la inminencia de la paralización de la zafra por la tea incendiaria, movilizó potentes columnas que lanzó contra Gómez, quien mantuvo su plan de evitar encarnizados combates en condiciones desfavorables.

A fines de noviembre, el Generalísimo retrocedió hacia La Trocha. En tanto los analistas creían que había fracasado. Opinaban en El Correo Militar, el 2 de diciembre: "Así Máximo Gómez que estaba en Las Villas es arrojado al Príncipe, y al tratar de volver á aquéllas, halla el paso obstruido por los nuestros que lo van rechazando en sucesivos combates (...) La retirada de Máximo Gómez ha seguido hasta Ciego de Ávila sobre La Trocha, donde se le ha unido Antonio Maceo. Ambos, unidos, intentarán de nuevo el avance, pero sobre ellos se dirigen varias columnas que impedirán la realización de tales propósitos."

Nada más alejado de la verdad. Gómez nunca pasó al Este de las fortificaciones. El 29 de noviembre, día en que Maceo cruzó La Trocha, El País reconocía: "De allá, de Cuba, vienen impresiones pesimistas. El tiempo pasa y el telégrafo ó enmudece ó da paso á la noticia de alguna catástrofe cuya importancia se procura, en vano, atenuar."

Un reporte que estampaba El Imparcial tampoco era optimista: "Han llegado noticias que producen vivísima ansiedad. Asegúrase que Antonio Maceo, con las fuerzas rebeldes que manda, ha pasado La Trocha. Se añade que ha sostenido un terrible fuego durante dos horas.

"Ignórase á la hora en que telegrafío el resultado del combate. La columna de Aldecoa persigue á Maceo. De Puerto Príncipe han salido á encontrarle las columnas de Suárez Valdés y García Navarro. Carécese de noticias de estos combates, porque la densa niebla que reina impide la comunicación del telégrafo heliógrafo."

El estupor y la sorpresa ante la audaz acción del Titán de Bronce y sus hombres. Después, las especulaciones sobre el encuentro en Lázaro López, del tema nos ocuparemos en la segunda parte de este artículo. El "viaje" continúa por los archivos españoles.