DEL PASADO COLONIAL

Por José Martín Suarez.

La primera vez que se destiló aguardiente en Ciego de Ávila fue en el ingenio Resurrección, en la primera mitad del siglo XIX. A los esclavos no se les daba desayuno en las plantaciones, sólo un trago voluminoso de ese “liquido del delirio” para estimular la fuerza productiva y abaratar los costos en la alimentación. De ahí viene la costumbre que para muchas personas sólo les baste tomar una taza de café al levantarse y nada más. También una frase que mucho emplearon nuestros padres y abuelos cuando se encontraban con los amigos, sobre todos los domingos y en días como estos de Navidad y se expresaba: “Te invito a tomar la mañana” o “Vamos a tomar la mañana” y entre sorbos se deleitaban disfrutando del Hijo alegre de la caña de azúcar.