Apuntes sobre el Gral Juan Bautista Veloso Cardoso
Digno es mencionar, para aquilatar la verdadera dimensión histórica del general Veloso, las semblanzas que sobre él escribieran en sus respectivos diarios los generales Fermín Valdés Domínguez y Bernabé Boza. Dice el primero:
Es el Veloso un buen patriota, un valiente de esta y de otras guerras, hombre como de 60 años, inútil del brazo derecho y mambí práctico para quien los montes no tienen secretos: es un verdadero cocuyo de todos estos lugares. Se incorporó al General en el segundo campamento que ocupamos después de cruzar la Trocha y desde entonces anda con nosotros al frente de un grupo de hombres y es además el Jefe de la infantería que por aquí deja organizándose el General. […] Y todas las mañanas antes de la diana, a pesar del frío, está en la tienda del Gobierno en charla sempiterna. Metido en su chaquetón largo, con su brazo inútil y su tabaco en la boca, es típico Veloso”[1].
Por su parte, el general Boza expresa con fecha 27 de mayo de 1897, mientras se encontraban acampadas en La Reforma las fuerzas del Generalísimo y se incorpora el coronel Veloso:
Es éste un guajiro noble, valiente y leal; lisiado de ambos brazos a balazos, todavía puede sostenerse bien sobre el caballo. No hay un pedazo de tierra, desde la trocha militar de Júcaro a Morón hasta el último rincón del territorio espirituano, que no conozca palmo a palmo, y el general Carillo puede decir cómo conoce también a Remedios. Es un jefe a quien el General en Jefe tiene gran estima y que le es muy útil y necesario”.[2].
El general Juan Bautista Veloso Cardoso falleció en La Habana el 11 de mayo de 1912 a la edad de 67 años, luego de una fecunda vida y una intachable hoja de servicios para lograr la independencia de la patria, por la cual, en más de una ocasión, derramó su sangre generosa.
[1] Fermín Valdés Domínguez. Ob. Cit, T: III, p. 73.
[2] Bernabé Boza. Mi diario de la guerra. Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 1974, T: II. p. 73.